¿Cómo se transportará el hidrogeno verde en el futuro?
El hidrógeno verde se está imponiendo rápidamente como un combustible alternativo escalable que podría impulsar una economía climáticamente neutra. Pero como es mucho menos denso que la mayoría de los demás vectores energéticos, plantea un problema logístico importante y a menudo ignorado: concretamente, su transporte desde los futuros lugares de producción hasta los puntos de uso.
Las tecnologías de transporte disponibles suelen ser costosas, implican procesos complejos y, en métodos como el amoníaco, conllevan elementos prácticos de riesgo. Por tanto, para garantizar su viabilidad comercial, es vital que se desarrollen métodos fiables y rentables de transporte de hidrógeno.
En la actualidad, el hidrógeno se transporta desde el punto de producción hasta el punto de uso a través de oleoductos y por carretera en camiones cisterna para líquidos criogénicos o remolques tubulares para gases. Los oleoductos se despliegan en regiones con una demanda importante (cientos de toneladas al día) que se espera que permanezca estable durante décadas. Las plantas de licuefacción, los camiones cisterna para líquidos y los remolques tubulares se despliegan en regiones con una demanda menor o emergente. También se están realizando demostraciones de suministro de hidrógeno a través de portadores químicos (por ejemplo, en barcos metaneros) en aplicaciones a gran escala, como los mercados de exportación.
En el punto de uso del hidrógeno, los componentes de infraestructura adicionales que suelen desplegarse son la compresión, el almacenamiento, los surtidores, los contadores y las tecnologías de detección de fugas y purificación de contaminantes. Por ejemplo, se espera que las estaciones que se están instalando para suministrar hidrógeno a los vehículos de pila de combustible medianos y pesados compriman el hidrógeno a una presión de 350-700 bares y lo suministren a una velocidad de hasta 10 kg/min. Actualmente se están desarrollando tecnologías de alto rendimiento para cumplir estos requisitos.
En este contexto, un gran reto para el correcto despliegue de la tecnología del hidrogeno verde es resolver la cuestión de que tecnología de transporte a gran escala podría ser la mejor solución para las próximas décadas. Aunque no hay una respuesta directa, lo que está claro es que los responsables políticos y los inversores deben actuar ahora para permitir el transporte de hidrógeno de bajo coste, y estar a la vanguardia de la construcción de la infraestructura necesaria para una economía descarbonizada.
Así, transporte por carretera jugará un papel fundamental para el desarrollo de una infraestructura de suministro cuyas necesidades y recursos de variaran según la región y el tipo de mercado, por ejemplo, urbano, interestatal o rural.